Dicen que San Juan de Dios nació aquí.
Lo malo es que las crónicas cuentan que este soldado convertido en sacerdote, patrono de los hospitales y de los enfermos, y que antes que cura había sido, loco, pastor, guerrero, vendedor ambulante y librero, nació en Portugal.
Sin embargo, no pocos historiadores que investigaron sobre él, afirman que el nacimiento portugués es tan solo una coartada para enmascarar su origen judío y que donde realmente nació fue en el pueblo de Casarrubios del Monte (Toledo), hoy origen de esta historia.
En 1468, el rey Enrique IV de Castilla en esta misma villa, dio orden para que su hermana Isabel fuera proclamada reina, nombrándola en ese instante como su heredera. Nada importante si esa Isabel no hubiera sido la futura primera reina de España, Isabel la Católica.
Desde que la capital del reino de España se traladara desde Valladolid a Madrid en tiempos de Felipe II, la mayoría de los españoles creen que jamás ninguna otra ciudad española ha sido la capital de España.
Y se equivocan, porque el día 8 de noviembre de 1619, la capital de España fue Casarrubios del Monte.
Resulta que esta población formaba parte del llamado "Camino Portugués", es decir, la ruta habitual para ir y venir desde Madrid a Lisboa. En aquel entonces, era rey de España Felipe III que había acudido a la vecina Portugal por razones de estado. A su regreso, el rey que había contraido unas fiebres, se sintió tan enfermo que hubo de obligarse a guardar reposo en Casarrubios.
Como quiera que el rey no mejoraba y empezó a temerse seriamente por su vida, hasta el punto de trasladar el cuerpo incorrupto de San Isidro desde Madrid, la capital se estableció en esta localidad.
Toda la Corte se trasladó a Casarrubios y con ello, toda la cohorte de personajes habituales al gobierno de España, aristócratas, nuncios, secretarios, ministros... Y así continuó hasta que, bien por intercesión del santo patrón, bien porque la hora del rey aún andaba lejana, Felipe III sanó y la Corte volvió a trasladarse a Madrid el día 3 de diciembre del mismo año.
Pero durante casi un mes, esta modesta villa de apenas dos mil vecinos de la época, fue la capital de España y de un sin fín de territorios que habrían de perderse doscientos años después y para siempre.
Un día, desde Casarrubios del Monte se gobernó el mundo.
Lo malo es que las crónicas cuentan que este soldado convertido en sacerdote, patrono de los hospitales y de los enfermos, y que antes que cura había sido, loco, pastor, guerrero, vendedor ambulante y librero, nació en Portugal.
Sin embargo, no pocos historiadores que investigaron sobre él, afirman que el nacimiento portugués es tan solo una coartada para enmascarar su origen judío y que donde realmente nació fue en el pueblo de Casarrubios del Monte (Toledo), hoy origen de esta historia.
En 1468, el rey Enrique IV de Castilla en esta misma villa, dio orden para que su hermana Isabel fuera proclamada reina, nombrándola en ese instante como su heredera. Nada importante si esa Isabel no hubiera sido la futura primera reina de España, Isabel la Católica.
Desde que la capital del reino de España se traladara desde Valladolid a Madrid en tiempos de Felipe II, la mayoría de los españoles creen que jamás ninguna otra ciudad española ha sido la capital de España.
Y se equivocan, porque el día 8 de noviembre de 1619, la capital de España fue Casarrubios del Monte.
Resulta que esta población formaba parte del llamado "Camino Portugués", es decir, la ruta habitual para ir y venir desde Madrid a Lisboa. En aquel entonces, era rey de España Felipe III que había acudido a la vecina Portugal por razones de estado. A su regreso, el rey que había contraido unas fiebres, se sintió tan enfermo que hubo de obligarse a guardar reposo en Casarrubios.
Como quiera que el rey no mejoraba y empezó a temerse seriamente por su vida, hasta el punto de trasladar el cuerpo incorrupto de San Isidro desde Madrid, la capital se estableció en esta localidad.
Toda la Corte se trasladó a Casarrubios y con ello, toda la cohorte de personajes habituales al gobierno de España, aristócratas, nuncios, secretarios, ministros... Y así continuó hasta que, bien por intercesión del santo patrón, bien porque la hora del rey aún andaba lejana, Felipe III sanó y la Corte volvió a trasladarse a Madrid el día 3 de diciembre del mismo año.
Pero durante casi un mes, esta modesta villa de apenas dos mil vecinos de la época, fue la capital de España y de un sin fín de territorios que habrían de perderse doscientos años después y para siempre.
Un día, desde Casarrubios del Monte se gobernó el mundo.