viernes, 19 de octubre de 2007

Casarrubios del Monte

Dicen que San Juan de Dios nació aquí.

Lo malo es que las crónicas cuentan que este soldado convertido en sacerdote, patrono de los hospitales y de los enfermos, y que antes que cura había sido, loco, pastor, guerrero, vendedor ambulante y librero, nació en Portugal.


Sin embargo, no pocos historiadores que investigaron sobre él, afirman que el nacimiento portugués es tan solo una coartada para enmascarar su origen judío y que donde realmente nació fue en el pueblo de Casarrubios del Monte (Toledo), hoy origen de esta historia.


En 1468, el rey Enrique IV de Castilla en esta misma villa, dio orden para que su hermana Isabel fuera proclamada reina, nombrándola en ese instante como su heredera. Nada importante si esa Isabel no hubiera sido la futura primera reina de España, Isabel la Católica.


Desde que la capital del reino de España se traladara desde Valladolid a Madrid en tiempos de Felipe II, la mayoría de los españoles creen que jamás ninguna otra ciudad española ha sido la capital de España.


Y se equivocan, porque el día 8 de noviembre de 1619, la capital de España fue Casarrubios del Monte.


Resulta que esta población formaba parte del llamado "Camino Portugués", es decir, la ruta habitual para ir y venir desde Madrid a Lisboa. En aquel entonces, era rey de España Felipe III que había acudido a la vecina Portugal por razones de estado. A su regreso, el rey que había contraido unas fiebres, se sintió tan enfermo que hubo de obligarse a guardar reposo en Casarrubios.


Como quiera que el rey no mejoraba y empezó a temerse seriamente por su vida, hasta el punto de trasladar el cuerpo incorrupto de San Isidro desde Madrid, la capital se estableció en esta localidad.


Toda la Corte se trasladó a Casarrubios y con ello, toda la cohorte de personajes habituales al gobierno de España, aristócratas, nuncios, secretarios, ministros... Y así continuó hasta que, bien por intercesión del santo patrón, bien porque la hora del rey aún andaba lejana, Felipe III sanó y la Corte volvió a trasladarse a Madrid el día 3 de diciembre del mismo año.


Pero durante casi un mes, esta modesta villa de apenas dos mil vecinos de la época, fue la capital de España y de un sin fín de territorios que habrían de perderse doscientos años después y para siempre.


Un día, desde Casarrubios del Monte se gobernó el mundo.

martes, 16 de octubre de 2007

Sayonara Norik


La Muerte de un Campeón


Parece mentira y paradójico que quien se ha jugado la vida semana tras semana en esos Circuitos del Campeonato del Mundo de Motociclismo, haya encontrado la muerte en una callejuela de un polígono industrial mientras un camión hacía una maniobra indebida.

Todos le conociamos por Norik Abe, quizás para acortar su largo e impronunciable nombre de Norifume. Todos recordamos su larga cabellera sobresaliendo del casco volando al viento. Y sin embargo, a los que seguimos el Campeonato del Mundo de Motos y cada semana le echabamos de menos, siempre nos quedará en la retina la imagen del japonés sonriente que fue capaz de poner siempre en apuros a Dohan, Cribillé y Biaggi.

El pasado 7 de septiembre, en un triste accidente de moto, nos dejaba para siempre el gran campeón y mejor persona, Norik Abe.

Atrás quedaron sus grandes premios ganados, su tesón, su arrojo y su valentía en quien siempre se distinguió por llevar peor montura que los demás, en trazar distintas las curvas de los demás y en conducir una moto como no lo hacían los demás.

Al final, el bueno de Norik nos ha dejado, para siempre, a sus recientemente estrenados 32 años. Poco eco de la noticia se ha hecho la prensa sobre su trágica despedida, pero, un servidor, que siempre disfrutó con este simpático japonesito, tenía la obligación de despedirse de él.

Hasta siempre Norifume, ya estas marcando "poles positions" en el Cielo. Que Dios te guarde, amigo.

sábado, 22 de septiembre de 2007

Revival

Todos los que me conocen saben de mi pasión sin límites por la legendaria banda de rock californiano "Credence, Clearwater, Revival"

Hoy me ha llegado una invitación para asistir el próximo día 2 de noviembre en New York, a la presentación del nuevo disco y nueva gira promocional de John Fogerty, el líder de tan legendaria banda.

No es la primera vez que escribo aquí sobre los Credence y por supuesto, no quisiera aburrir a nadie con mis gustos musicales.

Ahora, cuando los gustos musicales tanto han cambiado, cuando el legendario rock de los 60 ha pasado al olvido, escuchar la siempre fresca música de estos californianos me transporta y sumerge a los primeros días en que me asomé al mundo.

Me gustaría que escucharais una muy larga canción (demasiado larga para mi gusto) del grupo. Es una de sus canciones menos conocidas, pero en la que la voz desgarradora de John, el bajo de su hermano Tom, por desgracia ya fallecido y la bateria sencilla de Doug, dan una imagen perfecta de lo que era el grupo. Os he traducido la letra, omitendo las repeticiones típicas del estribillo de cualquier canción:


LO ESCUCHE POR AHÍ (HEARD IT THROUGH THE GRAPEVINE)

Seguro que te preguntas como supe
tus planes para ponerme triste,
con el otro tipo que conociste antes que a mí.
De entre los dos, sabes que yo te quiero más.
Me llevé una sorpresa, lo confieso
cuando me enteré ayer,
pero lo escuché por ahí
que no estarías a mi lado mucho tiempo más,
lo escuché por ahí
y estoy a punto de enloquecer
cariño...

Ya sabes que supuestamente los hombres no lloran,
pero no puedo contener estas lágrimas,
perderte sería el final de mi vida, ¿lo entiendes?,
porque lo significas todo para mi...
Podrías habérmelo dicho tu misma,
que has encontrado a otro hombre,
pero en lugar de eso,
lo escuché por ahí
y estoy a punto de enloquecer,
cariño...

La gente me dice, "creete la mitad de lo que ves",
"nada, nada, de lo que oigas",
pero, no puedo remediarlo, estoy confundido
y si es verdad, ¿porque no me lo dices, cariño?
¿tienes intención de dejarme
por el otro tipo que conociste antes que a mí?
Lo escuché por ahí
que no estarías conmigo mucho tiempo más
y estoy a punto de enloquecer,
cariño...




Como habrás comprobado, la canción esta cortada en el video porque es, como te he dicho, muy larga. En el siguiente reproductor puedes escucharla entera:






viernes, 7 de septiembre de 2007

Un genio olvidado

Hoy se cumplen 205 años de la muerte de uno de los personajes mágicos de la Historia de España.

También hoy se cumplen 223 años de la efemérides de la llegada del agua a la ciudad de Málaga.

La fortuna y la casualidad, quisieron que esta humilde persona que escribe, sea descendiente directo de tan grande personaje, el único descendiente directo varón que le sucede y aunque me siento tremendamente orgulloso de poseer el linage de este gran hombre, capaz de construir Catedrales con tan sólo 21 años, en la efemerides de su muerte, quisiera dejar constancia de que existió, de que no fue un sueño y de que el olvido al que ha sido relegado es una de las mas graves ofensas que los españoles han otorgado a quien sin lugar a dudas debería ocupar un lugar relevante en la historia de nuestra gran nación, que si bien lo ocupa por derecho propio, aún hoy sigue siendo un gran desconocido.


Joseph Martín de Aldehuela "Un genio olvidado"


SU VIDA, FORMACION Y PRIMERA ETAPA EN CUENCA

Comenzaba el siglo XVIII y con su nacimiento moría en Mad rid el último rey representante de la Casa de Austria en España, Carlos II, que al fallecer sin hijos, legó sus derechos al trono español al primero de los Reyes Borbones, el duque de Anj ou, que reinó con el nombre de Felipe V.

El 10 de enero de 1724 el rey abdicó a favor de su hijo Luis que cuatro días después inició su regencia hasta ser nombrado Rey de España el 9 de febrero de ese mismo año con el sobrenombre de Luis I.

El 14 de enero de 1724, en la pequeña villa de Manzanera, en Teruel, nacía Joseph Martín Lizanda, quien sin duda sería un o de los grandes genios de la ingeniería y la arquitectura española de ese siglo.

La casualidad fue siempre una constante en la vida de Joseph Martín y su vida un cúmulo de circunstancias muy unidas al devenir de la patria que le vio nacer.

Fue la casualidad la que hizo que su vida comenzara con la andadura del primero de los reyes borbones y murió cuando Fernando VII disputaba el reinado a su padre Carlos IV, antes de la invasión francesa y la
imposición de José Bonaparte como rey.

Según consta en el Libro Quinto de Bautizos de la parroquia de Manzanera, fue bautizado el 16 de enero de 1724 y fue hijo legítimo de Joseph y María, siendo su padrino su tío Gerónimo Marco, la persona que cambió su vida.

Fue la familia de Joseph de pocos recursos económicos y siendo éste el menor de sus hermanos fue entregado para su educación a su padrino. Los hermanos Marco, Gerónimo y Francisco, eran maestros carpinteros en Teruel. Es muy probable que su taller se encontrara en una pequeña villa en los alrededores de la ciudad. Se llamaba Aldehuela, hoy barrio pedaneo de Teruel. Allí se formó como carpintero, retablista y escultor y donde conoció a su primera mujer María Antonia Esteban con quien se casó en Teruel el 17 de diciembre de 1752.

Es por eso por lo que probablemente cambió su apellido de Lizanda por el de Aldehuela, ya que, aunque hubiera sido mas lógico utilizar el de su patria chica de Manzanera optó por el de Aldehuela debido a que pese a que su familia continuó ligada a esa población, el nunca vivió en ella y tanto su niñez como su juventud y formación estuvieron unidas a Teruel y su pequeña pedanía de Aldehuela.

Podemos decir que la obra de Martín de Aldehuela es muy extensa, no solo porque abarcó los campos de la arquitectura, el retablo, la escultura y la ingeniería, sino también porqué ya desde muy joven destacó enormemente en estas artes, por lo que su presencia fue requerida y muy apreciada.

En el año de 1750, con apenas 26 años ya es considerado un maestro totalmente reconocido en la ciudad de Cuenca, donde se encarga de la terminación y el embellecimiento del Oratorio de San Felipe de singular belleza y originalidad, y de otras obras tan importantes como la Iglesia de San Pedro, la Ermita de la Virgen de las Angustias, la Iglesia y Convento de San Pablo, hoy Parador Nacional de Turismo de Cuenca, la Iglesia de las Petras, la del Hospital de Santiago, el Convento de la Concepción Francisca, la Iglesia del Hospital de San Antón, también llamada La Luz por ser el Hogar de la Patrona de Cuenca, la Virgen de la Luz, las obras del interior de La Catedral, siendo el responsable del cerramiento del Claustro, la Sala Capitular, la Capilla del Pilar, las Cajas de los Órganos, los Tornavoces de los Púlpitos, y del engalamiento general.

Es autor de algunas Iglesias en la provincia como la Iglesia del Convento de San Miguel de las Victorias en Priego, la Iglesia del Castillo de Garcimuñoz en Huete, la Parroquia de Paracuellos, la Parroquia de San Bartolomé en Cólliga así como de numerosos Retablos entre los que cabe destacar los de la Sacristía, la Virgen del Alba, la Magdalena, Santa Rosa y San Antonio dentro del interior de la Catedral y los de la Parroquia de San Gil ya desaparecidos o el del Convento de la Merced en Huete.

No se limitó Martín de Aldehuela a la realización de Obras de carácter Religioso. Entre sus Obras Civiles podemos destacar en esa ciudad las llamadas Casas Pretorias, las Casas del Santo Oficio y la singular Casa de Recogidas, llegando la osadía creativa del genial maestro a llevarle a realizar la Presa del Molinillo en Postigo, el empedrado de la Calle de San Pedro y el Molino de Papel de Palomera, primera fabrica
de papel en España y muy ligada a la tradición y a la historia de la ciudad de Cuenca

Mientras vivía en Cuenca viajaba asiduamente a Teruel donde fue autor de la tristemente desaparecida Iglesia del Seminario muy ligada a los sucesos de nuestra Guerra Civil que provocaron su destrucción y de la Iglesia de San Millán en Orihuela del Tremedal.

También residiendo en Cuenca realiza a expensas de su Cabildo Eclesiástico la Iglesia de San Pedro y San Pablo en Madrigueras, ya en la provincia de Albacete o la Iglesia Parroquial de Terzaga en Guadalajara o el Coro de la Iglesia de Santa María en Alarcón, donde el 4 de diciembre de 1981 se aprobó el Estatuto de Autonomía de Castilla - La Mancha.

En el año de 1771 es nombrado Maestro Mayor de Obras Pías del Obispado. Tenía 47 años y el pleno reconocimiento de la ciudad, era rico y ocupaba uno de los puestos de mayor relevancia a los que su oficio le habría podido catapultar.

Atrás quedaban los años de su formación. Una formación práctica. Esos años en los que con su ingenio y sabiduría había comenzado a forjar su ejemplar camino. Pero había tenido que pelear duro y en su pelea siempre fue apoyado por sus lazos familiares.

Con María Antonia Esteban tuvo cinco hijos y del parto del mas pequeño, Juan Julián, murió. Poco después murieron todos sus hijos excepto el mayor llamado Antonio José Vicente, nacido en 1760 y que siguió los pasos de su padre como escultor y arquitecto pese a orientar su futuro a la vida religiosa.

Quizás la soledad, o el cuidado de este hijo contribuyó a que Martín de Aldehuela decidiera contraer nuevas nupcias. Eligió como esposa a una pariente pobre a la que incluso tuvo que dotar para el evento y con la que tuvo seis hijos mas. Se llamaba María Antonia Conejos y era natural de la villa de Corbalán en la provincia de Teruel.

Todos los hijos que tuvieron, murieron, por lo que sólo sobrevivió el mayor de ellos, el mencionado Antonio José Vicente.


SU ENCUENTRO CON VENTURA RODRIGUEZ

Mucho se ha hablado sobre la influencia que Ventura Rodríguez, famoso arquitecto madrileño contemporáneo de Aldehuela, ejerció sobre él.

Desde mi punto de vista, nada mas lejos de la realidad. Martín de Aldehuela conoció a Ventura Rodríguez en Cuenca. Éste había sido llamado en el año 1751, por el Obispo Flórez Osorio para trazar la Capilla Mayor de la Catedral y el Transparente. Aldehuela tenía entonces 27 años y se encontraba en pleno proceso de su formación.

Seguramente Ventura Rodríguez se reunió con los arquitectos y los miembros de las diferentes Asociaciones Gremiales indicándoles cuales eran las modas constructivas en la Corte. Con total seguridad Ventura Rodríguez no reparó en el joven Aldehuela que aún no era nadie y no tenía todavía el reconocimiento artístico de la ciudad.

Si Aldehuela asistió al encuentro de Ventura Rodríguez lo hizo como miembro del Gremio y nunca de forma individual, por lo que hablar de la influencia de éste en el proceder y el modo de hacer de Aldehuela parece cuanto menos aventurado y excesivo por no tildarlo de totalmente falso.

Posteriormente a la realización del Hospital de Santiago cuya planta, perfil, y diseño fueron concebidos por Martín de Aldehuela, la obra fue sacada a pregón incluso en Madrid, pero según consta en el expediente de edificación, el propio rey Carlos III otorga también la construcción al propio Martín de Aldehuela, siendo el veedor de la misma Ventura Rodríguez.

Es decir, que en modo alguno Ventura Rodríguez influenció en los diseños de Aldehuela, tan solo se limitó a reafirmar que estos se habían seguido y terminado satisfactoriamente.

No sería la ultima vez que los maestros se encontraran. En vida del genial y también olvidado maestro Antonio Ramos, autentico artífice constructor de la Catedral de Málaga, se requirió la presencia de Ventura Rodríguez para diseñar la cubierta de la Catedral y la Capilla de la Encarnación. Ventura se presentó allí, alabando como no podía ser de otra manera, el buen hacer del maestro Ramos y naturalmente se encontraría con Aldehuela que ya trabajaba en la Catedral.

Ventura llegó y visó la cubierta, ya que, pese a estar firmada por él, es mas que seguro que la realización fuera del propio Antonio Ramos, formalizó las trazas de la Capilla de la Encarnación, rediseñada y terminada después por el propio Aldehuela , y se fué.

Por lo tanto, bien poco pudo influenciar en esta ocasión en Aldehuela. Sin embargo, como compañeros de profesión, la relaci
ón debió de ser cordial y fluida, hasta que ambos maestros, Aldehuela y Ventura licitaron por un mismo proyecto, el diseño de un Colegio para nobles americanos, dentro del Palacio de Carlos V en La Alhambra de Granada y en colaboración con el ingeniero Domingo Belestá.

La concesión a Aldehuela de este diseño en contra del presentado por Ventura, originó las envidias de éste y la ruptura de relaciones entre ambos maestros que nunca mas volvieron a mantener ningún acercamiento.

Se da incluso la circunstancia de que cuando Martín de Aldehuela realizó el Puente Nuevo de Ronda por orden del Consejo de Castilla, y estos pidieron informes de él a la Academia de Bellas Artes de San Fernando de la que el propio Ventura Rodríguez había sido su director, nadie le conocía allí.


Esto demuestra muy a las claras que Ventura Rodríguez nunca tutelo a Aldehuela y que nunca fue su discípulo, pues lo habría dicho, mas bien desde mi punto de vista, si hubo influencias, éstas fueron mutuas y desde luego, queda muy explicita la labor de Ventura Rodríguez, en lo referente a Aldehuela, como director de la Academia, donde ocultó la existencia de uno de los grandes arquitectos contemporáneos a él.

En este país, muy dados a comparaciones, comparar a Ventura con Aldehuela es no solo injusto sino totalmente incierto. Decir que Aldehuela fue discípulo de Ventura Rodríguez es además de mentira, una falacia y por supuesto la prueba del total desconocimiento de la trayectoria de ambos maestros.


LA CONSPIRACION MALAGUEÑA

Si la muerte no hubiera golpeado tan duramente al maestro, éste seguramente sería un hombre feliz, ya que, en Cuenca estaba totalmente consagrado, gozaba de grandes privilegios, una posición económica muy sólida y cuantos trabajos quisiera realizar desde su puesto de Maestro Mayor.

Una persona tan inteligente como Aldehuela no habría dejado todo eso para marcharse a la aventura a otras tierras donde apenas era conocido por unos pocos, sin un gran proyecto que al menos le ilusionara.

Las relaciones de Martín de Aldehuela eran muy estrechas. Por un lado es muy probable que realizara algún trabajo en la villa de Albarracín en la provincia de Teruel donde conoció y entabló una cierta amistad basada en la admiración mutua con el Obispo de la ciudad José Molina Lario.

Por otro lado existían unas relaciones familiares muy propicias para Aldehuela. En efecto, un discípulo de Martín de Aldehuela llamado Manuel Gilaberte era sobrino de Juan Antonio Aguilar, que era a su vez Teniente del Maestro Mayor de Obras de Cuenca.

El tal Manuel Gilaberte vivía en compañía de su tío Juan Antonio Aguilar. En casa del maestro Martín de Aldehuela vivía a su vez su sobrina, Teresa Conejos.

Manuel Gilaberte y Teresa Conejos se casaron en el año 1770 convirtiendo a Gilaberte en sobrino de Aldehuela.

Posteriormente, cuando en 1775 Martín de Aldehuela se casa con Antonia Conejos, hermana de Teresa, Gilaberte se convierte además de lo que ya era, sobrino, en su cuñado y las relaciones familiares con el Teniente Mayor, Juan Antonio Aguilar se estrechan fuertemente.

A partir de este instante ambos colaboraron asiduamente en la realización de grandes obras dentro de la ciudad. Fruto de ello es la construcción por parte de Aldehuela de la Real Cárcel y de las Casas Pretorias y de muchas obras civiles, auspiciadas por el propio Ayuntamiento de la ciudad de Cuenca.

Por un lado tenemos a un Aldehuela fuertemente afianzado en la sociedad conquense, que además es Maestro Mayor de las Obras del Obispado y que mantiene excelentes relaciones con las autoridades civiles y religiosas de la ciudad.


Por otro lado tenemos a un Martín Aldehuela que mantiene excelentes relaciones con el Obispo de Albarracín. El Obispo a su vez mantiene excelentes relaciones con la Catedral de Cuenca donde trabaja, Julián de la Orden, maestro organero de gran fama y renombre que curiosamente también mantiene una estrecha relación con Aldehuela.

Efectivamente, una de las hermanas de Martín de Aldehuela, María, está casada con Pedro Sáez, carpintero y oficial de Julián de la Orden y todos a su vez, pertenecen a la misma parroquia, la de San Gil, tristemente desaparecida y en la que tanto había trabajado el maestro Aldehuela.

Además es en la Iglesia de San Gil donde están enterrados los hijos difuntos de Aldehuela y su primera esposa. Súbitamente el Obispo de Albarracín es nombrado Obispo de Málaga. La llegada del buen Obispo provoca en Málaga una autentica revol
ución. Por un lado el Obispo tiene la firma decisión de la terminación de la Catedral, por otro lado se da cuenta de las penurias y carencias de esta gran ciudad; Málaga no tiene apenas agua potable, lo que provoca no solo carencias alimentarías, sino también higiénicas con lo que la población padece frecuentes epidemias y constante insalubrilidad.

Además, el río de la ciudad, casi siempre seco o medio seco, es fuente de frecuentes inundaciones apenas llueve en los montes cercanos a Málaga.

El Obispo se propone arreglar esta situación. En compañía de su secretario personal, su sobrino Joaquín Molina Sánchez y de su Deán, Ramón Vicente Monzón, los tres turolenses y los dos últimos admiradores del magnifico Obispo y junto a él enamorados de Málaga y su gente, tienen un plan.

El Obispo llama a Julián de la Orden para construir un Órgano para la Catedral y pide a Martín de Aldehuela que le acompañe para construir la Caja para el mencionado Órgano. Pero el Obispo conoce la obra de Aldehuela, conoce que ha realizado importantes obras religiosas de gran belleza y magnifica ejecución, pero también sabe de sus obras civiles.

No se le escapa la construcción de una presa en Postigo, en Cuenca, no se le escapan las soluciones arquitectónicas usadas por el maestro para solucionar los desniveles del terreno de las tierras conquenses y sabe que Aldehuela no es sólo un arquitecto. Aldehuela es además un magnifico ingeniero.

Julián de la Orden y Aldehuela llegan a Málaga el 12 de noviembre de 1778 y ambos se ponen a trabajar de inmediato en los Órganos de la Catedral.

Cuenta Don Miguel Bolea y Sintas quien fuera miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo en el siglo XIX, que ambos artífices al comprobar la magnitud de la obra realizada decidieron terminar sus días en Málaga obnubilados por la belleza de sus trabajos y para custodia de los mismos.

Así hablaba Don Miguel Bolea y Sintas: “Quedó Don Julián de la Orden tan prendado de su obra, que menospreciando el risueño porvenir que seguramente le ofrecían su mucho ingenio y buen gusto, manifestados en sus obras, quiso acabar sus día al lado de ésta, y suplicó al Cabildo le hiciese merced del título de Maestro Campanero de esta Iglesia, para vivir en su torre y escuchar desde allí los dulces acordes de los hermosos Órganos que había construido; y así se lo otorgó el ilustrísimo Cabildo, y vivió en la torre todo el tiempo de su vida, que fue hasta el mes de enero de 1794.

Y otro tanto sucedió con Don José Martín de Aldehuela, que labró las Cajas de los Órganos; pues habiéndose dado a conocer en esta obra, recibió un encargo para hacer un diseño para el Tabernáculo é hizo aquel modelo en madera, que de Tabernáculo sirvió hasta que se hizo el que hoy hay de mármol; y comprendiendo el Cabildo su pericia y delicado gusto, a la muerte de Don Antonio Ramos, le nombró Maestro Mayor de las Obras de esta Iglesia, y murió desempeñando este cargo”

Y así fue. Pero el Obispo tenía además otros planes para Aldehuela; los cuatro turolenses le iban a dar a esa ciudad de la que todos se habían enamorado el mejor de los regalos y Martín de Aldehuela iba a dirigir la obras. Traerían el agua a Málaga construyendo un acueducto.

El propio arquitecto diseñó, junto con otro ingeniero, Belestá, los planos del recorrido del acueducto y concibió e inventó el filtrado de las aguas para la construcción del Acueducto de Málaga, que la repartiría para beber, por una parte, y para el riego por otra, así como la industria harinera de los Molinos que se proyectaban construir.

Por eso, el 8 de octubre de 1782 comenzaron las obras, justamente cuando Martín de Aldehuela fija definitivamente su residencia en Málaga, el Obispo ha reunido el dinero suficiente para la ejecución de las obras y el Rey Carlos III ha autorizado y decretado su realización.

Así cuenta Don Ramón Vicente Monzón el inicio de las obras: “Entretanto que se practicaban las diligencias, se estaban preparando las herramientas y demás útiles necesarios, y se ajustaban Operarios, Barreneros, Rozadores y Cabadores. Dióse feliz principio a la obra en el día 8 de Octubre de 1782 con veinte y un hombres, y se fueron aumentando hasta ochenta, ciento y doscientos, a proporción que el Maestro Director Don José Martín iba designando terreno en que hacer los trabajos”

El 7 de septiembre de 1784, el agua llegaba a Málaga a su Arca Principal sita en la calle Refino entre la alegría popular, jaleando a sus promotores y especialmente al Obispo y a su director.

El Acueducto de San Telmo, obra de ingeniería sin igual, con toda probabilidad la mayor obra hidráulica llevada a cabo en el siglo XVIII, se encuentra actualmente en un penoso estado muy cercano a su destrucción, pero fuera de la ciudad, es hermoso comprobar como el Acueducto aún reparte sus aguas y todavía hay huertas que se benefician, 225 años después, de su grandeza y del ingenio de sus artífices.


LA GENIALIDAD DEL GENIO, SU VIDA Y SU OBRA EN MALAGA Y PROVINCIA

La vida de Martín de Aldehuela discurrió en Málaga entre sus trabajos en la Catedral y las muchas obras que le encargaban, tanto en la propia ciudad como en la provincia, su excelente relación con su esposa y la ausencia de sus hijos.

Su hijo mayor, cada vez mas dedicado a su devenir religioso y cada vez mas egoísta y necio, los demás todos muertos.

Cuando decide hacer su primer testamento ya no recuerda cuantos hijos ha tenido...

En 1782 se le nombra tras la muerte de Antonio Ramos, Maestro Mayor de Obras Menores Generales del Obispado y en 1786 le nombran Maestro para la Visita de Casas del Cabildo. Además en 1790 se le reafirma como Alcalde Perpetuo del Acueducto de San Telmo.

En el año 1791 vuelve a enviudar. La muerte de Antonia Conejos es un duro varapalo para él. Se acrecienta su soledad y el haber mal repartido su herencia con su hijo le provoca ciertos problemas económicos. En el año 1785 es designado para dirigir la obra del Puente Nuevo de Ronda y como es lógico probablemente hubo de pujar y afianzar la obra con su dinero.

Por ambas cosas, es decir, la constante presión de su hijo para cobrar su herencia y la licitación de las obras del Puen
te Nuevo, vende sus propiedades. El hecho de que nunca cobró su trabajo le originaron deudas e incluso tuvo problemas judiciales.

El año 1787 el propio Rey le ordenó que escogiese un premio en compensación por esta obra, a sabiendas del mucho dinero que se le debía, este cedió el premio en beneficio de su hijo y sus descendientes, pero en 1791 aún no había tenido efecto. En realidad, nunca lo tuvo.

En el año 1793, Martín de Aldehuela solicitó una ayuda. Aludía que se encontraba solo por la muerte de su mujer y todos sus hijos del que solo le quedaba uno vivo, que se encontraba viviendo en Teruel y no podía ayudarle. Por eso, triste y cansado, sin nadie que le atendiese al final de sus días, firmó en 1799 una obligación de alimentos a favor de una vecina llamada María Blanco y al no tener dinero se vio obligado a hipotecar su casa de la calle de San José.

Cuando murió en el año de 1802, Málaga y su provincia gracias a su talento y a su trabajo eran mucho mas bonitas.

De su mano nos quedan, entre otros, sus trabajos en la Catedral donde construyó las Cajas de los Órganos, el diseño del Tabernáculo, la Capilla de la Encarnación, morada final de su gran Obispo Molina Lario, la ornamentación final y el diseño de las rejas y el atrio así cómo su colocación, las cadenas del Patio de los Naranjos, el Retablo de San Sebastián, las Casas del Cabildo Eclesiástico, la terminación del Palacio Episcopal, la Iglesia de San Felipe, la Iglesia de las Dominicas de la Divina Providencia, la Cabecera y Ampliación de la Iglesia de San Juan, la Iglesia de San Agustín, su intervención en la Iglesia de los Jesuitas, el Acueducto y los Molinos de San Telmo, la Portada del Montepío de Cosecheros o Casa de los Jesuitas, hoy sede de la Sociedad Económica de Amigos del País, el Consulado, el Palacio del Conde de Villalcazar, los jardines de El Retiro en Churriana, la Casa de Expósitos, casas en las calles de San Agustín, Cilla, Dos Aceras, Verdeja y Arriola, intervención en el Puente del Rey, la ampliación de la Parroquia de San Pedro, Retablo y Espadaña de los Trinitarios e intervención en la Colegiata en Antequera, la Parroquia de San Juan en Vélez - Málaga, los Retablos en la Parroquia de Nerja, el Cementerio de Cortes de la Frontera, el Puente Nuevo y la Plaza de Toros de Ronda.

EL PUENTE DE RONDA

Martín de Aldehuela, es el verdadero artífice de la construcción del Puente Nuevo sobre el río Guadalevín.

Ronda fue una ciudad dividida. Hoy no concebiríamos esta ciudad sin su Puente, ese que unió sus dos mitades. Sin duda su crecimiento no habría sido el mismo.

Y todo se debe al empuje, el valor, la decisión y el coraje de unos cuantos hombres que acometieron su construcción.

Y a la cabeza de todos ellos hubo un hombre, ese que lo ideó y planificó, aquel que dirigió su obra. Y ese no fue otro que Joseph Martín de Aldehuela.

Ya en el año 1734 se construyó un puente, pero desgraciadamente, seis años después se derrumbó ocasionando la muerte de al menos 50 personas.

El actual Puente Nuevo se empezó a construir en el año 1759, comenzando su cimentación, pero llegado un punto se ralentizaron las obras al no encontrarse solución arquitectónica que garantizase la viabilidad de los proyectos empezados.

Fue con la llegada de Martín de Aldehuela, avalado por la construcción del afamado Acueducto de San Telmo, cuando definitivamente se impulsó y finalmente construyó el actual Puente Nuevo, signo y emblema de la Ciudad de Ronda y por lo que es universalmente conocida.

Martín de Aldehuela terminó sus trabajos en el Puente en el año 1793 y realmente excepto los pilares que forman el cimentado, todo el conjunto arquitectónico de la obra es de su absoluta configuración, incluidas muchas de las soluciones de refuerzo de la cimentación preexistente. Pero no sólo el genial arquitecto se limitó a construir un Puente. también dirigió la traída del agua a la ciudad de Ronda.

En la abundante documentación existente en la Secretaría y Superintendencia de Hacienda del Archivo General de Simancas, en el legajo 451 existe una cita realizada por el Vizconde de las Torres de Luzón, Superintendente de las obras de construcción del Puente Nuevo tras el fallecimiento de Diego de Cañas, éste aduce de la necesidad de realizar las obras para traer el agua por un acuerdo firmado el 18 de agosto de 1601.

Es decir, que desde ese año hasta la construcción del Puente Nuevo, la ciudad prácticamente no tenía agua potable. El primer superintendente del Puente Nuevo, el Capitán de Navío Don Diego de Cañas, propuso que, al estar construyéndose el Puente se construyese además una cañería en el fondo, y se comprometió a costear la obra de sus propios bienes.

Se acordó pues la traída de aguas y se nombró al igual que ya se había hecho con la construcción del Puente que el director de las obras fuera también Martín de Aldehuela.

El 2 de mayo de 1789, el rey dio orden para comenzar a construir el acueducto que aunque se interrumpió en varias ocasiones, en el año 1793 estaba prácticamente concluido, pero llegaron las sequías en los manantiales de La Toma y Coca, por lo que se retrasó considerablemente la llegada del agua. En el año 1797, otra vez el genial arquitecto, Aldehuela, indicó la solución, traer el agua desde un paraje conocido como El Molino de don Félix. De este modo, el Vizconde de Luzón y el propio Aldehuela con sus 73 años de edad, revisaron todas las cañerías y todas las nivelaciones, para que no ocurriesen actos de aprovechamiento de lo que Aldehuela consideraba un bien común, según se desprende de sus propias palabras, “(traer el agua desde el Molino de Don Félix) a los parages donde el vecindario se surtiese a su satisfacción, y sin la necesidad de valerse de los que sacan un lucro excesivo en estas cosas”.

Gracias a la ayuda de la Real Maestranza, el Tesorero de las Obras, Don Juan Ramos de Oviedo, y el Alcalde Mayor de la Ciudad, Don Josef Mariano Márquez se continuó la construcción del acueducto y así, el 1 de enero de 1798 el agua llegaba por fin a una fuente pública en El Mercadillo. Pese a que el Vizconde de Luzón pidió que se pagara alguna gratificación especial a Aldehuela, es patente que no solo no se le pagó ésta, sino que tampoco se le pagaron los emolumentos que ya para entonces se le debían, lo que trajo el declive económico del buen arquitecto y los problemas dinerarios que le acompañaron hasta el final de sus días.

Existe documentación relevante en el Archivo Municipal de Ronda donde los descendientes de Aldehuela reclamaban en principio la cantidad de 12.140 reales que no se habían pagado al arquitecto.

El Ayuntamiento no pagó y se lavó las manos esgrimiendo que no existía documentación que probara la legitimidad de esta solicitud al haber fallecido su superintendente y desaparecido los documentos en el incendio de la secretaría en el año 1810. Probablemente el Ayuntamiento olvidara mencionar que también había fallecido Aldehuela y que ese Ayuntamiento ya lo había “enterrado” y empezado el camino de olvidarlo... Para siempre.


MARTÍN DE ALDEHUELA Y LA PLAZA DE TOROS DE RONDA

No existe documentación que demuestre que Aldehuela es el autor de la Plaza de Toros de Ronda.

Su construcción se inició en el año 1769 con la cesión por parte del Ayuntamiento de su solar y se terminó en 1785 con toda probabilidad por Martín de Aldehuela.

El día 11 de mayo de 1784 ocurrió un desgraciado accidente que costó la muerte a 10 personas y graves heridas a otras 12. Y es precisamente en ese instante cuando se supone que Martín de Aldehuela toma las riendas de la terminación de la Plaza.

Recuerdo una animada conversación con la Catedrática de Arte de la Universidad de Málaga, doña Rosario Camacho, en la que me decía que pese a no existir documentación al respecto, a su parecer, la Plaza estaba construida al “modo de Aldehuela” y que teniendo en cuenta que el maestro se encontraba en la ciudad realizando las obras del Puente Nuevo, no sería extraño que hubiera accedido a la terminación también de la Plaza de Toros.

Yo que pienso de igual forma, además se da la curiosa circunstancia de que el origen de Aldehuela es turolense, una región muy taurina, por lo que no sería de extrañar que incluso el encargo le hiciera al maestro una gran ilusión.

También en el entorno de la familia descendientes del propio Aldehuela, siempre se ha dado como hecho el que la Plaza de Toros de Ronda era obra suya. Sea como fuere, lo cierto es que la Plaza de Toros es atribuida a Martín de Aldehuela y así se reconoce en todos los medios cuando no se afirma categóricamente de su autoría.

SUS ULTIMOS DIAS, SU LEYENDA, LAS ULTIMAS CASUALIDADES

No podemos dudar de la absoluta genialidad de un hombre que consiguió hacerse a sí mismo.

Partiendo de unos orígenes muy humildes, lejos de los grandes círculos artísticos de España como Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla, desde la humilde villa de Manzanera que le viera nacer, se inició en la escultura y en la manufacturación de Retablos y llegó, a mi modesto entender a ser uno de los mas geniales sabios de la arquitectura y de la ingeniería.

No es fácil ahora y mucho menos lo era en el siglo que le tocó vivir, construir Catedrales, presas, obras hidráulicas, puentes y plazas de toros y sin embargo ahí están. Pese a que su genialidad, su personaje y su figura han sido y son injustamente olvidados, ahí están sus obras. Un legado que constituye uno de los mas impresionantes patrimonios artísticos realizados por un solo hombre en nuestro país, un legado del que todos deberíamos sentirnos orgullosos, como orgullosos habríamos de estar por compartir la obra de ese modesto, tímido y humilde aragonés universal que fue Joseph Martín de Aldehuela.


Pero la vida de Aldehuela fue un cúmulo de casualidades y de tristezas. Fue un cúmulo de tristezas por haber sobrevivido a la muerte de once hijos y sus dos esposas, por el abandono y egoísmo de su único hijo vivo, por su soledad y olvido en el final de sus días y por sus penurias económicas.

Joseph Martín de Aldehuela murió en soledad el 7 de septiembre de 1802 en la calle de los Hornos de la ciudad de Málaga, curiosamente el mismo día pero 18 años después de que por primera vez brotara el agua en la ciudad traída por su Acueducto.

Curiosamente también esa fecha suele coincidir con la famosa Corrida de Toros Goyesca que se celebra en Ronda.

Él, que 18 años antes había sido un héroe para Málaga y apenas 5 años atrás un héroe en la ciudad de Ronda... Él, que dejaba atrás una impresionante producción artística de imposible repetición... Él, moría solo y olvidado.

A su entierro tan solo acudió su único hijo...

Bastantes años atrás, las Efemérides Malagueñas habían divulgado su muerte. En una breve publicación se decía que mientras el maestro revisaba en el año 1793 las obras del Puente Nuevo, un golpe de viento hizo volar su chistera y que al intentar recogerla cayó al vació muriendo instantáneamente al estrellarse contra las rocas del fondo de El Tajo.

Nada mas lejos de la realidad. Fue el Padre Andrés Llordén quien en su libró “Arquitectos y Canteros Malagueños”, rescató su partida de defunción que se conserva en la Parroquia de Santiago de la ciudad de Málaga, ya que, aunque se sabía que pese a haber ocurrido el accidente relatado en las Efemérides Malagueñas, Martín de Aldehuela no murió en él, siendo efectivamente el Padre Llordén quien zanjó este asunto para siempre.

También el aire de romanticismo que invadió a Ronda en la segunda mitad del siglo XIX creo otra leyenda que al igual que la anterior también es, obviamente, falsa. Decía esta leyenda popular que el maestro Aldehuela, no pudiendo soportar la idea de hacer nada mas bello que el Puente que acababa de inaugurar y acomplejado por su grandiosidad y belleza, entró en una depresión que le llevó a suicidarse arrojándose precisamente al vacío desde es mismo puente que él había creado.

Y mas hubiera valido para la memoria de Martín de Aldehuela que cualquiera de las dos leyendas hubieran sido verdad, ya que, la realidad, que siempre supera a la fantasía popular, hizo que pidiera a su muerte ser enterrado junto a su mujer y a sus hijos, todos anteriormente fallecidos, en la Iglesia de San Pedro de Alcántara de Málaga.

Otra vez la casualidad quiso que en el año 1831 bajo la legalidad promulgada por la llamada Desamortización de Mendizabal, la Iglesia fuera primero expoliada y después derruida para desaparecer definitivamente para siempre.

Mientras no se demuestre que sus restos fueran desenterrad
os en aquellos vandálicos actos, podemos afirmar que Martín de Aldehuela sigue enterrado en la Plaza de San Pedro de Alcántara de la ciudad de Málaga que él tanto engrandeció.


EL OLVIDO

Decía otro genial Aldehuela de nombre Rafael, que solo se mueren los hombres olvidados. Llevaba razón, por eso, dedicó gran parte de sus últimos días en intentar rescatar del olvido la figura de Martín.

Su gran logro fue, probablemente, inculcarme la devoción, el honor y las fuerzas suficientes para que a su fallecimiento, yo continuara esta obra. A veces los hombres que poblamos las ciudades y que las amamos y nos agitamos con su belleza, sentimos además el orgullo de ser sus hijos, de haber nacido en cualquiera de sus barrios, de poseer el título de hijo de una de las ciudades mas hermosas del mundo.

Y esas ciudades que tanto contribuyó Aldehuela en engalanar, sin
duda lo son.

Nadie puede dudar de la belleza de Cuenca, ciudad reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, ni de la singularidad de Málaga y la belleza cautivadora de la ya no tan desconocida Teruel. Sin embargo, es sin duda El Puente de Ronda, la obra mas reconocida y celebrada de Martín de Aldehuela.

Cuesta reconocer que insignes personas que reconocieron en Ronda su belleza singular sean constantemente recordadas.

Es el caso del poeta Rilke, del cineasta Orson Wells y el
novelista Ernesto Hemingway entre otros.

Personas que sin duda alguna contribuyeron a la difusión de los encantos de la ciudad y a que ésta fuera mundialmente conocida y reconocida.

Por eso, es justo y leal que Ronda les tribute su agradecimiento y ostente el honor de que tan ejemplares ciudadanos una vez pisaron su calles.

Por eso, me cuesta creer que una ciudad tan leal y agradecida como Ronda, tuviera escondida en el cajón de los olvidos, la genial figura de su arquitecto. Y es que la universalidad de Aldehuela, la grandeza y la dimensión de su obra es tan enorme que Ronda en particular y el resto de las ciudades en las que él intervino, deberian sentirse orgullosas de que Joseph Martín fuera “su arquitecto”

Ronda tiene su leyenda, Pedro Romero, su heroína, Carmen, su torero, Antonio Ordoñez, su político Antonio de Rios Rosas, su poeta, Rilke... y tiene su arquitecto Aldehuela.

Tras dos siglos de injusto olvido, el pasado 15 de abril de este año, junto al Convento de Santo Domingo, la ciudad tributó el merecido homenaje que bien merecía su arquitecto, con la inauguración de un mirador sobre El Tajo que llevará, para siempre, el nombre de “Mirador de Aldehuela”.

Y para mayor gloria de los responsables de este acto, un monumento en homenaje a todos los que contribuyeron en la construcción del emblema de la ciudad, su Puente Nuevo.

Quiz
ás éste sea el primer paso para que Ronda adopte definitivamente como “su arquitecto” a Aldehuela y quizás éste sea el reguero de pólvora, que haga rescatar definitivamente del olvido a tan genial artista en todos los lugares donde su obra es mundialmente admirada.

Es hora en que los que disfrutamos su obra paguemos a Aldehuela su tributo.




Dedicado con especial amor a mi familia


jueves, 6 de septiembre de 2007

Made in Spain II

En esta segunda parte de inventos realizados en España y por españoles, quiero seguir incidiendo en la relevancia de los imaginarios españoles. Si España siempre fue un país de grandes creadores, hasta tal punto que no sería posible entender la novela sin Cervantes, el teatro sin Lópe de Vega o Calderón, la mística sin Santa Teresa o San Juan de la Cruz, la literatura sin Jorge Manrique, la poesía sin Machado o Miguel Hernández, el romanticismo sin Becquer, la música sin Espinel, la lírica sin Placido Domingo o Monserrat Cavallé, la medicina sin Ramón y Cajal ni Severo Ochoa, la oftalmología sin Catroviejo, la urología sin Puigvert, la narrativa sin Juan Ramón Jimenez, la política sin Cánovas, la épica sin El Cid, la navegación sin Colón, el reinado sin Fernando e Isabel, el futbol sin Di Stefano, la moda sin Balenciaga y el mundo sin España, ha habido otras muchas aportaciones a la vida cotidiana que aunque lo desconozcamos llevan, como las etiquetas de las primeras cosas que exportamos, el rótulo de "made in Spain", estas son algunas de ellas:

LA GRAPADORA



En 1920, en la localidad vizcaina de Eibar, existía y aún existe una fabrica de armas, fundamentalmente revolveres, denominada "El Casco" A finales de 1929 una grave crisis munidal en el mercado armamentístico obligó a la fabrica a reconvertirse, decidiendo su consejo de accionistas, su entrada en el mercado de utiles de oficina. Los socios de El Casco, Juan Solozábal y Juan Olivé, diseñaron la primera grapadora, con la misma precisión que antes habían diseñado revolveres y también en el mismo material, el acero. Su diseño, a la izquierda, no ha cambiado desde entonces, practicamente inalterable desde su creación.

EL SACAPUNTAS

La misma fábrica "El Casco" sacó al mercado su último invento, el sacapuntas o afilalápices como se llamó en aquel entonces. Este invento fue fruto del esfuerzo de Ignacio Urresti y podéis verlo junto a estas líneas, a la derecha, pesaba algo mas de kilo y medio y vio la luz por primera vez en el año 1945.




LA FREGONA

La fregona la inventó el ingeniero y oficial del Ejercito del Aire, Manuel Jalón Corominas en el año 1956. Bueno, la inventó mas o menos...

Resulta que el bueno de Don Manuel, actualmente vivo y nacido en Logroño en 1925, andaba por Estados Unidos
, cuando en una Base Aerea observó como las mujeres fregaban los hangares de rodillas con una mopa plana y un cubo con rodillos.

De regreso a España, en el año 1956 su compañero y también inventor Emilio Bellvis Montesano (Zaragoza 1914-Zaragoza 1993), tomó nota de los apuntes de su amigo hasta que encontró solución al sistema de escurrido de la mopa.
La primera fregona se fabricó en la trastienda de un comercio de recambios para automóviles de la calle Capitán Portoles de Zaragoza, creandose entonces la Empresa Comercial Rodex que fué quien comercializó el popular invento.

En la imagen, podeis ver el primer anuncio y la primera fregona.


Emilio Bellvis patentó el invento de la fregona en 1958, sin embargo fue Manuel Jalón quien la modificó notablemente y comenzó a fabricarla en plástico, patentando su invento en 1964. El lío estriba en que si bien el invento inicial es de Bellvis, la fregona que nosotros conocemos, la que ha llegado hasta nuestros días es la patentada por Jalón.


El día 7 de febrero de 2005, Manuel Jalón escribió un contundente artículo en el diario 20 minutos de Zaragoza con el no menos contundente título
"la fregona la inventé yo" contestado por la familia Bellvis en posesión de una pagina web donde se otorga el titulo oficial de inventor de la fregona a su antecesor. Seguramente el invento de la fregona es de ambos, ya que yo no se realmente a quien atribuirselo. Tan solo una cosa está clara, el invento es... español.



Y después de la agria polémica anterior, terminar la entrada con el dulce invento español de

EL CHUPA CHUPS

Este que veis es el diseño que realizó Salvador Dalí para promocionar la marca.

Fundamentalmente, el invento consiste en un caramelo clavado en un palo. Sin embargo este sencillo artilugio evitaba por un lado que los niños se pringasen y por otro que se atragantasen con el caramelo. El inventor Enric Bernat, en el año 1957 clavó un tenedor a la tradicional bola de caramelo que hasta entonces rechupeteaban los niños, sin embargo, el tenedor se sustituyo en prevención de accidentes por un palo que así ademas convertía el invento en barato y por lo tanto vendible.

La curiosidad ha ido embuida a la historia del invento, así, actualmente se venden mas de 40.000 millones de chupa chups al año y la historia le reservó el privilegio de convertirse en el año 1995, en el primer caramelo consumido en el espacio, concretamente en la estación espacial MIR.
Como dato curioso, debió de ser hilariante, como a consecuencia de la inauguración en 1994 de la fabrica de Chupa Chups de Shanghai, en China, la reunión del Politburó chino se realizó con un chupa chups en la boca de cada uno de los miembros del partido reunidos para la ocasión. Curiosa anecdota. Nunca un chino resulto tan dulce...

En la foto de la derecha Enric Bernat (20 octubre 1923-27 diciembre 2003) en su 80 cumpleaños, días antes de su fallecimiento en Barcelona

viernes, 24 de agosto de 2007

Made in Spain I

Esta ilustración, corresponde al famoso cuadro que el pintor español Salvador Dalí dedicó, en 1960, a nuestra querida patria, por lo que, no pudiendose titular de otra forma, lleva por nombre España. Visto de cerca, el genial catalán, pintó acontecimientos de nuestra historia, mientras que de lejos se ve una forma de mujer. Es decir, España.

Me encuentro en París, donde también se hace de noche. Y yo, que con mi axeroftalmia soy muy capaz de confundir a un camionero napolitano con la rubia mas explosiva, he decidido recluirme en mi hotel y escribir este post.

Lejos de España, la vida se ve de otra manera. Y aunque mi querido país vecino nunca deja de halagarme e impresionarme, hoy siento la vena patriotica a flor de piel, por lo que he decidido contar algunas aportaciones que España, o mas bien los españoles regalaron a la Humanidad.

Y aunque hubo una época, allá por los años 50 en los que un famoso slogan, animaba a la defenestrada España a "que inventen ellos", nuestro país siempre fue, como bien decía Don Quijote, un país de pícaros e ingenieros, que nos sobra por igual ingenio, talento y hambre...

Afortunadamente, ya pasaron las épocas del hambre, aunque afortunadamente también, nunca dejaron de pasar los ingenieros ingeniosos que siempre habitaron nuestras tierras.

Estas son algunas de nuestras aportaciones:

E
L RON

Que si, no
habeis leido mal, el ron es un invento español, y además muy antigüo. Resulta que cuando los Reyes Católicos conquistaron Granada, descubrieron una planta muy dulce con la que los árabes preparaban sus postres.

Los españoles descubrimos que si dejabamos fermentar la melaza, es decir, el jugo de esa planta, llamada caña de azucar, traida a nuestro pais por los árabes desde oriente, se obtenía un licor dulzón de alta graduación alcoholica a quien alguien puso el español nombre de ron (rebautizado después por franceses e ingleses como rhum, aunque con la misma pronunciación).

Con la conquista de América, al descubrirse mejore
s lugares de plantación, como Dominicana, Cuba y Venezuela, se trasladó su producción a estos lugares, donde conquistó en seguida el lugar que desde entonces le corresponde.

Aún, hoy en día, se sigue elaborando ron en España, el denominado ron pálido de la localidad granadina de Motril y que a decir de los expertos, nada tiene que envidiar a los productos elaborados en el Caribe, muy parecidos al también ron español fabricado en las Isla Canarias.

En la imagen podeis ver el grabado de un molino de caña de azucar de Motril del año 1560, cuando aún vivía Colón.

EL CAMPO DE CONCENTRACIÓN
Resulta que allá por el año 1860, en la Isla de Cuba, en un momento inmediatamente anterior a su independencia, las autoridades españolas, a través del general español nacido en Palma de Mallorca en 1838, Valeriano Weyler, que muy a su pesar fue enviado por el Presidente del Gobierno Español Cánovas del Castillo, a la Isla a reprimir los actos de terrorismo que contra las tropas españolas se estaban produciendo.

La guerra fue total, lo que obligó al general español a recluir a los insurrectos en campos de concentración, ante las tremendas barbaridades cometidas contra nuestras tropas, que eran literalmente descuartizadas a machetazos, razón ésta, por la que tambié
n se vió obligado a prohibir la zafra y a destruir destacados edificios.

Estos sucesos dieron pié para que Willian Hearst (notablemente retratado por Orson Wells en su película Ciudadano Kane), inventara la prensa amarilla e iniciara la primera campaña periodística de la historia contra un país, basada en lo que se ha dado en llamar la calumnia rentable. De todas estas mentiras, supo sacar gran provecho Estados Unidos (que consiguió su independencia frente a Inglaterra gracias a nuestro país), para con una mentira más, la del hundimiento del Maine, declararnos la guerra e intervenir militar y políticamente en Cuba, última razón por la que perdimos para siempre la isla y primera razón por la que un carnicero como Fidel Castro es su presidente.

Sea como fuere, pese a la tristeza que supone este "invento", está claro que fue terriblemente perfeccionado por Inglaterra (guerra contra los Boers), Estados Unidos (guerra de Vietnan) y sobretodo los nazis de Adolf Hitler.

En la foto el general español Valeriano Weyler.

EL SUBMARINO

En 1859, el catalan Narciso Montoliu, ideo un barco sumergible impulsado a mano. Cinco años después, le añadió un motor de vapor (el primero de la Historia), para impulsarlo, lo que convirtió este barco en el primer submarino.

Sin embargo, fue el también español Isaac Peral, jovencísimo ingeniero y militar español a quien un tumor cerebral mató apenas cumplir los 44 años, incorporó al modelo de montoliu, un motor de impulsión eléctrica, lo que unido a su capacidad para lanzar torpedos sin ser visto, le convirtió en la mas eficaz máquina de guerra inventada hasta entonces.

En menos de un año, totalmente construido en acero, con ochenta toneladas de peso, con una autonomía de mas de setecientos kilometros y un tubo lanzatorpedos de 200 metros de alcance, esl primer submarino de la historia era lanzado con tremendo éxito al mar.

Increiblemente, el gobierno español de la época, negó su eficacia y se opuso a su fabricación en serie, lo que aprovecharon inmediatamente britanicos, franceses, alemanes y norteamericanos... En fin, lo de casi siempre...

En la foto, podemos ver este submarino, ubicado en la localidad española de Cartagena, ciudad natal de Isaac Peral.

martes, 21 de agosto de 2007

El Millón

El 9 de enero de 1324, en Venecia, a la edad de 69 años, este singular personaje apodado "El millón", se encontraba en su lecho de muerte, cuando aferrado a la mano de su esposa, en un último esfuerzo por hablar, con voz trémula y débil exclamó "No conté ni la mitad de lo que vieron mis ojos, porque nadie lo habría creido".

El mote se lo pusieron mucho antes, en la ciudad donde nació y murió, como consecuencia de lo que todo el mundo tildaba de exageraciones.

Por eso, nadie le creyó cuando afirmó haber contemplado montañas tres y cuatro veces mas altas que las europeas. Ni le creyeron cuando juraba que había visto un líquido negro brotar constante del interior de la tierra y que al arder, no se apagaba nunca, que había ciudades con mas de un millón de almas, que conoció unos polvos negros que al contacto con el fuego estallaban y derrumbaban murallas, que en cierto lugar, se desmontaban palacios piedra a piedra y que se trasladaban para volverse a montar en otro lugar diferente y papeles que la gente cambiaba por objetos como si de un trueque se tratase.

Y es que este hombre, en plena Edad Media, hablaba del Himalaya, del petroleo de Irak, de la ciudad de Hangzhou que contaba con mas de dos millones de habitantes, de la pólvora, de los palacios de Pekín y del papel moneda. Y aunque nadie le creía, todo lo que contaba era cierto.

La Historia abolió el fábulo mote de "el millón" para ser reconocido con su verdadero nombre: Marco Polo.

Nacido en Venecia en el año 1254, apenas tenía 17 años, cuando en compañía de su padre y de su tío, partió hacia Oriente en busca del Gran Khan, ya que ambos, 20 años antes, habían establecido contacto con Kublai Khan, atravesando Armenia, Persia y Afganistán.

Ahora el joven Marco Polo, en mayo de 1275, después de 9.000 kilómetros recorridos en tres años y medio de duración, en la ciudad de Cambaluc, hoy Beijin (China), conocía, por fín, al msimísimo nieto de Gengis Khan. Marco, acababa de cumplir 21 años y se acababa de convertir en el gran viajero de la Historia de la Humanidad.

Eran tiempos donde China se llamaba Catay y Japón recibía el nombre de Cipango. Eran tiempos donde Oriente era infinitamente mas culta y civilizada que Occidente y donde el 90% de las aportaciones cientificas se realizaban allí.

El Gran Khan permitió a Marco Polo vivir allí durante 17 años más, hasta que Kublai Khan le encomendo la protección de la princesa Kokachin de camino a su boda con el principe de Persia y desde allí, regresar a Venecia.

La vuelta duró mas de dos años, hasta que un frío invierno del año 1295, Marco volvía a ver la hermosa ciudad de Venecia.

Escribió sus propias aventuras en un libro al que tituló "El libro de las maravillas" y que fué un auténtico best seller de la época, con mas de un millón de ejemplares vendidos.

Después, se casó y tuvo tres hijas, participó en la guerra contra la ciudad de Génova donde fue hecho prisionero, siendo precisamente durante su cautiverio, donde dió a conocer la apasionante historia de su vida, convertida en la historia del mas apasionante de los viajes.

Y aunque ha cumplido 750 años, el joven Marco, nunca dejará de impresionarnos a todos los que llevamos dentro, el alma y el baúl del viajero.

Feliz regreso de vacaciones, mis queridos amigos...