lunes, 5 de marzo de 2007

Los Criados del Sumotori


Casi todos hemos visto, alguna vez en nuestra vida un combate de Sumo, quizás no entero, pero si algún reportaje, una foto o simplemente un programa de televisión que nos hablara de este deporte milenario.

Este deporte nace en Japón, en el principio de los días, cuando el dios TakemiKazuchi gana el combate que permitió a los habitantes de la isla establecerse en ella.

Básicamente, el combate que dura apenas un minuto, consiste en sacar de un circulo de 4,30 metros de diametro al adversario.

Sin embargo el Sumo es mucho mas que un arte marcial. Ante
todo es una filosofía, un modo de vida, un compromiso con la tradición del Japón, donde los sumotoris o luchadores de sumo, son considerados dioses, son venerados, admirados y adorados por miles de ciudadanos, no solo japoneses, sino también de otras latitudes como Polinesia, Australia, Mongolia o Hawaii.

En la trastienda del Sumo está el modo de vida de los sumotoris, su entrenamiento, preparación y también la gente que les rodea.

La vida del sumotori empieza a las 4 de la mañana y termina a las 9 de la noche. Se basa en ejercicio, gimnasio, abundantes comidas, largas siestas y mucho descanso por la noche.

Dicen, que lo que a nosotros nos parecen autenticas bolas de grasa, en realidad son un excesivo desarrollo muscular fruto de la dieta y un excesivo uso del gimnasio. Un mastodonte de esta clase, suele tragarse de una sentada 5 kilos de carne y 10 kilos de patatas. Sin embargo su dieta fundamental, consiste en el Chanco Riory, un guiso compuesto por pescado, pollo, vegetales y arroz. Tomado eso sí, en cantidades tales, que lo que ellos comen en un día, cualquiera de nosotros lo engulliría en un mes.

El máximo honor que un sumotori puede conseguir es el título de Yocozuna. Para ello habrá pasado antes por las categorías de Ozeki, Sekiwake, Komosubi y Maegashina.

Pero mucho antes, habrá sido aprendiz y su vida nada fácil. Para empezar, muchos de los aprendices se convierten en esclavos de los sumotoris. Algunos llegan a ser incluso compañeros sexuales, algo que no esta mal visto en este ambiente, ya que no todos los días se liga con un dios, pero fundamentalmente se ocuparan de realizar todas esas labores que un sumotori o no puede o no debe hacer.

Para ello, además de lavar y asear a los luchadores, deberán ante todo cuidar de "limpiarles bien el culo". Usando un papel higiénico, fabricado fundamentalmente de seda, el aprendiz limpiará el culo del sumotori cada vez que éste defeque. La razón es bien fácil, estos mastodontes no pueden hacerlo, sencillamente no se llegan...

Dedicado a Mitshosuro Ogura, buen amigo que fue aprendiz de sumotori y que hoy anda en Japón dando sus primeros pinitos como luchador y a Hiroshi Fukuda, que tantas cosas me enseñó de su país antes de que un cancer se lo llevara para siempre.

5 comentarios:

William Manney dijo...

S.O.S.
Solicito refuerzos para la cruzada contra la indignación.

Pincha aquí: http://entrevolutas.blogspot.com/2007/03/ol-los-huevos-de-zp.html

¡Gracias!

William Manney dijo...

Tenía que decírtelo: HAS ESTADO INMENSO.

Gracias Rafa, a esto me refiero cuando digo que somos una gran familia.

Un fuerte abrazo.

Unknown dijo...

JAJAJA... ahora me explico todo!!. En cualquier caso, quitando el llamamiento a la "cruzada", decir al autor del post, que me parece realmente genial y que le felicito sinceramente.

William Manney dijo...

Tranquilo Pipero, esto se llama LEALTAD, ahora ve a leer un rato EL PAÍS, que tus argumentos están muy verdes...

Anónimo dijo...

Buen post pero creo que estos gorditos pueden limpiarse solos. Tal vez sea muy dificil para casos extremos como konishiki o yamamotoyamam(afortunado quien deba hacerlo).
Saludetes