En Collioure

Cuelga Colliure, del mar Mediterraneo, allá en la vecina Francia a 26 cortos kilometros de España. Es típica su Iglesia, a ras del agua y su Castillo Medieval, pero lo que me ha traido hasta este lugar ha sido un ramo de rosas blancas.

Antonio Machado se murió un día en estas tierras. Aquí está enterrado para siempre, al lado del mar, al lado de casa, al lado del cielo, al lado de las gaviotas. Está enterrado al lado de casi todo lo que creyó importante en su vida, y porque él, un día fue importante en la mía, me he llegado hasta aqui, a traerle flores, saludarle y saber como le va...

Gracias Antonio, por desjarme ver un trocito de tu alma, por permitirme leer tus Cantares, tus Elegías, tus Poemas. Por dejarme ver de otra forma distinta los Campos de Castilla, donde siempre se acercan la cigüeñas al alto del campanario, por enseñarme lo que la muerte no se puede nunca llevar, por enseñarme a madurar entre versos y canciones que un día musicó un catalán de Barcelona en tierras de Camprodon. Gracias, emocionadas, gracias...

Volveré, te lo prometo.

"Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
y un huerto claro donde madura el limonero.
Mi juventud veinte años en tierras de Castilla,
mi historia, algunos casos, que recordar ni quiero...

Y cuando llegue el día del ultimo viaje
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontrareis a bordo, ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar."

(Antonio Machado. Extracto de "Autorretrato")

Dedicado a Joan Manuel Serrat, él sabe muy bien por qué.